Denuncia fue realizada por el diario Voces. Pruebas presentadas determinaron que sujeto violó a menores
Se hizo justicia, fueron las expresiones de los familiares de las niñas abusadas sexualmente por quien consideraron un miembro más de su familia, ayer una instancia del Poder Judicial determinó sentenciar a cadena perpetua a un sujeto que aprovechándose de la confianza de la familia de su mujer abusó sexualmente de las sobrinas y nietas de su conyugue.
Se trata de Amilcar Hidalgo del Águila, de 52 años, quien luego de un proceso judicial que demoró cerca de cuatro años, los jueces del Cuarto Juzgado Penal de Tarapoto lo encontraron responsable de múltiples violaciones sexuales a menores del poblado de San Juan Salado, en la provincia de El Dorado – Sisa.
Por esa razón Amilcar Hidalgo, ayer fue internado en el penal de Sananguillo, de La Banda de Shilcayo, donde pasará el resto de su vida, a su ingreso al penal, cabizbajo, solo atinó a decir con gestos que no era responsable de las acusaciones en su contra.
Sin embargo, este diario llevó este caso desde el principio cuando entrevistó a Rocina Ruiz, una de sus denunciantes y víctimas del hoy encarcelado, animador católico, la mujer narró crudamente como su tío, la ultrajo cuando tenía 6 años.
Luego con las investigaciones periodísticas se encontró que Amilcar Hidalgo, un ayudante católico habría violado a más de cinco niñas, entre siete y seis años de edad, muchas de ellas sus propias nietas y sobrinas. Hecho que fue corroborado por Deysi Caro Ríos, tía de las niñas abusadas, quien en su momento señaló como el responsable de este despreciable hecho al abuelo de la casa, un hombre quien viene a ser el segundo compromiso de una mujer identificada como Deidamia Ríos Rucoba, abuela de las niñas y madre de la misma Deysi Caro Ríos. “Soy bien observadora y un día vi un comportamiento extraño en Amilcar con una de mis sobrinas, y al llevarla a la chacra le pregunte que pasaba y me dijo que su abuelo la había violado”, narró.
Además se mostró que existe denuncia hecha en el 2010, ante el Ministerio Público de la provincia el Dorado – Sisa, donde la menor de las iniciales F.C.B, en ese entonces con 10 años de edad, refirió que cuando tenía seis años, su abuelito Amilcar Hidalgo del Águila una mañana aproximadamente a las seis am cuando se encontraba en la casa de sus abuelitos, este la cogió del brazo y la llevó a su cama y le dijo se echara y se bajara el pantalón y al no hacerle caso este se lo bajó y se quitó la bermuda y se colocó encima de ella e introdujo su pene en su vagina y al retirarse le dijo le daría dinero y gaseosa para luego amenazarla que si decía algo a su mamá le pegaría.
En ese mismo documento refiere además que cuando tenía nueve años volvió a intentarlo, pero la niña no le hizo caso y la última vez fue en octubre del 2010, no recordando el día, cuando su mamá la dejó en casa de sus abuelitos donde volvió a repetir el acto sexual, pero en esta oportunidad intentó gritar pero este le tapó la boca, para luego de unos días contarle del hecho a su tía Deysi Caro Ríos.
Se demostró que las supuestas atrocidades de este sujeto continuaron, esta vez contra la menor de las iniciales A.P.C.T, con 11 años, en momentos de la denuncia, que también como consta en la carpeta fiscal, donde se describe que siendo aproximadamente a las cinco de la tarde, cuando su mamá le había dejado en casa de sus abuelitos, mientras dormía en el cuarto de su tía Deysi Caro, su abuelito le había despertado y empezaba a tocar todo su cuerpo, le bajó su short y su abuelito el pantalón y le hizo echar a las malas cogiéndola de sus manos se puso encima y le introdujo su pene en su vagina donde le dolió mucho y luego de ello se retiró de su encima y se quedó llorando.
Amilcar Hidalgo del Águila, no era un poblador común y corriente, se trataba de un colaborador, un animador católico de la Iglesia de la comunidad de San Juan Salado, el mismo que se habría aprovechado de eso para cometer sus atrocidades.
Las víctimas del padre Juan no solo habrían sido las dos menores, sino que existirían muchas que por vergüenza o por haber alcanzado la mayoría de edad prefieren guardar silencio, sin embargo una mujer, de 32 años de edad, de nombre Rocina Ruiz Ríos, sobrina del presunto violador, deja de lado tapujos y vergüenza y denunció públicamente quien a sus escasos seis años la habría violado, desgraciando su niñez y destruyendo sus ilusiones.
Todo esto habría servido para que los jueces del Cuarto Juzgado Penal del Poder Judicial de Tarapoto determinen su encarcelación.
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