La campaña fue muy reñida. Hasta lindaba con la agresión y la falta de respeto. Al final, la Alcaldesa de Lima ganó las elecciones, aunque por ajustado margen, pero ganó.
En lo económico, la suma total de todo este proceso de revocatoria alcanza a muchos millones de nuevos soles:
La campaña de los promotores de la revocatoria (SI), ha sido bastante agresiva, tomando en cuenta la difusión en los medios de comunicación escrita, televisiva, en pancartas, gigantografías, en las masivas movilizaciones. Aunque el promotor, en el afán de disminuir su responsabilidad de información, traslada la carga de un alto porcentaje de la difusión a los partidos políticos que apoyaron su pretensión. Toda esta maquinaria tiene un costo millonario, haga quien lo haga.
La respuesta no podría ser diferente. En los mismos rubros, la Alcaldesa y sus seguidores hicieron lo propio también con gastos millonarios.
En cambio, no solo los promotores de la revocatoria, ni los posibles revocados hicieron estos gastos millonarios; sino, el Estado peruano también hizo el gasto millonario, con el dinero de los peruanos, en la conducción de todo el proceso, imprimiendo las cédulas de sufragio, el traslado, la preparación de todo el personal, la logística de personal y de informática, movilización de efectivos de la Policía Nacional, del Ejército, publicidad.
Allí no termina el asunto. El traslado de ida y vuelta de cada elector, de su casa al centro de votación, luego el retorno a casa. La bebida, el alimento. Si cada persona gastó un mínimo de 30 nuevos soles, entonces sumamos también en este rubro otros millones más.
Haciendo la sumatoria del gasto hecho en este proceso de revocatoria a la Alcaldesa de Lima, alcanza a no menos de doscientos millones de nuevos soles. ¿Podríamos afirmar que ha sido un gasto inútil? La idea era revocar a la Alcaldesa; pero, se revocaron a más de diez regidores, incluso a regidores que fomentaron la revocatoria de la Alcaldesa. Es decir, los revocadores terminaron revocados.
¿Los peruanos estamos con suficiente solvencia económica como para darnos lujos de gastos innecesarios? Por eso la afirmación, que los peruanos nos estamos desperuanizando. Es que, el grado de IDENTIDAD NACIONAL se ve desvanecido. La balanza económica de la nación debe ser tratada empresarialmente; pero, no como una empresa eminentemente monetaria, sino una empresa social sostenible, responsable, inundada de amor entre los peruanos.
El “circo democrático” aún no ha concluido. Si la Alcaldesa de Lima es mirada como una seria opositora en futuras contiendas electorales por algunos políticos, en buena hora. El pueblo será quien decida por sus próximas autoridades. Pero, no es justo que se aliente más el gasto económico de las arcas nacionales, solo para satisfacer caprichos. Porque, es posible que haya elecciones en noviembre próximo para reemplazar a regidores revocados y también el próximo año para nuevas autoridades.
¿Qué clase de norma legal hicieron los grandes “eruditos”, que hace malgastar los alicaídos recursos del pueblo? Los mejor no es hacer mal con altos costos; lo mejor es hacer bien, con pocos recursos.