La democracia se sustenta en el estado de derecho de las personas, en el cumplimiento de normas. La Constitución Política, que es la Norma Mayor, establece que las normas se hacen para el cumplimiento de todas las personas. Sin embargo, en los últimos tiempos, los legisladores han creado normas excluyentes.
Ha llamado la atención una norma del sector trabajo, en la cual, se excluye a trabajadores del legislativo, a los de la Sunat, a los trabajadores del Banco Central de Reserva, etc. ¿Qué se pretende con esta exclusión, en un periodo de supuesta inclusión? Valga la suerte de seleccionadas familias para beneficiarse económicamente con los tributos de todos.
Ocurren situaciones similares con trabajadores de algunos sectores del Estado: Minería, petróleo. ¿Estos recursos no corresponden a todos? ¿Por qué unas pocas personas son beneficiadas con los recursos de todos los pobladores del país? ¿Estos recursos naturales son de propiedad de éstas personas?
El hecho de tener el privilegio de participar en la legislación, no implica pensar y actuar en temas domésticos; por el contrario, recoger los pensamientos y sentimientos de la población, a fin de propender en la legislación de temas del interés general.
La población está perdiendo credibilidad e incluso respeto a las leyes. Existen suficientes argumentos inductores a este natural comportamiento: El descomunal afán de algunos congresistas de extraer la mayor cantidad de dinero de las arcas del legislativo, el accionar desleal al pueblo de un Vicepresidente de la República, el mal accionar de autoridades elegidas, de autoridades designadas, los comportamientos reprochables de policías, en fin. La percepción de un grueso porcentaje de la población, es “si las autoridades no cumplen las leyes ¿Por qué tenemos que cumplir nosotros?”
El tema que siempre está flotando en la mente del poblador es sobre las reelecciones. Sino no hay reelección del Presidente de la República ¿Por qué hay reelección de Congresistas, de Presidentes regionales, de Alcaldes? Esta norma también debe ser horizontal, para todos. El estribillo popular es: “Toda reelección es corrupción” En el fondo, el estribillo canta el sentir y expresión de todo un pueblo. Empero, los actores que danzan en la esfera de la corrupción, al parecer no se dan por enterados, tienen las miradas fijas en sus bolsillos que no escuchan la canción de la gente.
La democracia será más sólida, en la medida que las leyes sean respetadas, que las leyes sean realmente inclusivas a todos los pobladores del país, de manera horizontal, sin exclusiones. La ley es para todos, o no es para nadie. Mantener el valor de las leyes es una obligación cívica de los pobladores, aunque, como las autoridades llevan mayor peso de la responsabilidad, entonces el respeto a las normas legales tiene mayor impacto. De esa manera, el valor de las leyes irá cada vez recobrando el sitial que siempre le ha correspondido.